La lluvia ha suspirado en mi ventana
El cielo se ha comido al sol esta mañana
En un rezo ya los árboles
Sin hojas se elevan
En un zumbido sordo la vida llega
Salpicando mis manos serenas
El día se ha hecho noche
Y el viento atrevía el tiempo
Pero mis ojos se han nublado
Y la lluvia pasa en silencio
Sin preguntar si para ella tengo un verso
Talvez mi cuerpo con agonía grite
Y mi mente se pierda en un aluvión
Y la virginidad perdida me incite
A acunarte en un otoño eterno
Amarrándote en hilos plateados, al cruel invierno...
Marta Silva
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